Legítimo poderío heredado.
Derecho divino ejecutado.
Disfunciones Legislativas.
Poder judicial paralizado.
Legítimo poderío heredado.
Derecho divino ejecutado.
Disfunciones Legislativas.
Poder judicial paralizado.
Hinchadas de aficionados falsos son contratadas para animar a otras selecciones y cuyo nombre difícilmente saben pronunciar. Colorido con olor a fragancias compradas a bajo coste. Si no eres un hincha de alquiler, tras la eliminación de tu equipo, cambia a otros colores. Huye de la exclusión con una fingida empatía por una selección mejor, con más aroma de ganadora. Mejor ganar que sentir, mejor fingir que perder.
El cromatismo futbolero de banderas y bufandas tapan temporalmente la pestilencia del dinero, el tufo a corrupción, la fetidez de los cadáveres. No sentir más allá de los colores, hacer un paréntesis de valores, aguantando el hedor de nuestra respiración hasta que acabe la Copa Mundial de Fútbol de Qatar.
La palabra guerra posee una musicalidad horrible. Su primera sílaba es gutural, fonéticamente fangosa. La tonalidad de la segunda es abrasiva, sangrante y doblemente ruidosa.
Sangre y fango se mezclan bajo la mortal sintonía de la palabra de dos sílabas.En la guerra se ataca, se destruye, se acorrala y se mata. En la guerra hay violaciones, hay asesinatos y hay supervivientes con secuelas psíquicas y corporales. En la guerra los muertos se convierten en anónimos cadáveres agrupados en fosas comunes o abandonados en las calles y en los bosques, ahora son parte del atrezo de un aterrador escenario. En la guerra los heridos regresan mutilados y mentalmente destruidos y los caídos son devueltos en cajas negras a los familiares de ambos bandos. Solo ellos, sus familiares y seres queridos, compartirán las dolorosas heridas de su inolvidable guerra.
La verdadera guerra jamás sale en las noticias.
El otro día en una cafetería presencié como un grupo de abogados gritaba: ¡ Viva España y viva el Rey ! Mientras se marchaban uno decía: ¡Me encanta que venga el Rey y hable con quién le dé la gana… qué se creen estos rojos!
Los abogados volvieron a gritar ¡Viva España y viva el Rey ! , pero siempre se olvidaron de continuar la letra del cántico popular que termina con un “ Viva el orden y la ley ”
Grandes personajes de la historia han deseado trasladar su mundo onírico a la realidad a través de la guerra. Sueños de grandeza acabaron por levantar grandes imperios a base de sangre. Unos cayeron al intentarlo y otros muchos acabaron desmoronándose al inflar en demasía su sueño.
El sueño de uno se convierte en la terrible pesadilla de otros. La información se percibe tediosa por su diaria presencia, cada día más. Mientras a nosotros simplemente nos entra sueño en el calor del hogar.
A través de la prensa se normaliza el concepto de la guerra. El aséptico discurso del horror es relatado día a día, hora a hora y minuto a minuto por contertulios expertos en la geopolítica, en la economía, en las energías, en las divisas… en la guerra. Cada bando tiene su prensa, su propio discurso y su distinta perspectiva de la realidad. Todos defienden sus posverdades, cambiantes y contradictorias.
La hiperinformación, a una velocidad de vértigo, parece un bufé indigerible.
La melodía alegre de la guerra continúa.
Quien suele anunciar que no quiere la guerra, acaba iniciándola. Cuando esto ocurre, ningún bando admite la autoría de la primera bala. Suelen argumentar que el primer ataque responde a una amenaza. La amenaza, que no la acción bélica en sí, justifica la guerra. Pero, ¿cuál de los dos se ha sentido amenazado? ¿Los dos? ¿Algunos más?
Ucrania no pertenece a la OTAN, tampoco a la Unión Europea, pero sí a las Naciones Unidas.
La OTAN sirve para la expansión militar y económica de los Estados Unidos, la Unión Europea carece de su propia política con respecto a Rusia y la ONU simplemente no vale para nada.
Ya no quedan tribus eslavas en el Rus de Kiev cuyas tierras puedan invadir los mongoles o los rusos, es hora de la OTAN.
¡Vivan los Imperios!