miércoles, 29 de abril de 2020

MÁS Tv

En los barrios de los ricos no hay publicidad. En nuestro espacio, rodeados de anuncios publicitarios, el mercado somos todos. Es el “bazar mundial” donde se mueve el dinero que posteriormente se quedará en los barrios ricos. 
Primero somos espectadores. Luego, compradores y productores a la vez. El sistema se beneficia doblemente de nosotros: primero como obreros y después como consumidores.

El producto no posee necesariamente un cuerpo físico. Hace tiempo ya que se vende aire, conceptos e ideas, ceros y unos. La publicidad es capaz de unirse tanto con la propaganda como con la contra-propaganda. Ella siempre es así, fiel a sí misma solo vende. En cambio nosotros, nada autocríticos, simplemente decidimos comprar televisores  y no respiradores. Dejamos que nos vendieran los pitos y las flautas que jamás necesitaríamos. Y lo sabíamos.

La televisión hoy no es la caja tonta. Es, más que nunca, la caja mentirosa. Los tontos somos nosotros.

No cambie de canal, quizás salga usted aplaudiendo.

jueves, 23 de abril de 2020

APPLAUDERE

Hacer ruido en grupo para manifestar sentimientos colectivos mediante gritos, abucheos o golpes sobre las cosas que provocan sonidos. Dar palmadas consensuadas, solo o en grupo, dedicadas a los demás o a uno mismo, espontáneas o dirigidas, es un gesto exclusivo de nuestra especie. Aunque nadie sabe cuándo la humanidad empezó a aplaudir.

Lo que parece medianamente claro es que el aplauso está asociado al espectáculo, al teatro. Se aplaude a lo interpretado, y por lo tanto, a lo no verdadero. Es decir, a lo falso. 

La palabra “aplauso” viene del latín “applaudere”, que significa golpear.
Los romanos golpeaban los dedos, daban palmadas huecas y planas o agitaban el “orarium”. Catalogaron varios tipos de aplausos, dándoles diferentes valores y grados. Ya en Roma se organizaba y se financiaba al público asistente, el cual expresaba el nivel de reconocimiento al finalizar la obra de teatro. 

En los conciertos de música clásica está mal visto interrumpir con aplausos. Sin embargo, es aceptado en el Jazz después de un improvisado solo dentro de la pieza. Cada cual sabe cuándo debe o no debe hacer ruido y no el paleto.

Nada más obediente que el público de los programas de televisión, que siempre aplaude cuando se le indica. A pesar de ser tan agradecido, a veces es sustituido por “aplausos enlatados”. Previamente grabados y soltados tras los chistes, sean buenos y malos. 

El americano y dramático “slow clap” empieza por una persona que aplaude de una manera pausada y que, gradualmente, se vuelve más rápida mientras el contagiado grupo se va uniendo. In crecendo,a menudo acaba en ovación. El público pasa a ser parte del espectáculo, se convierte  también en protagonista.

Además de demostrar empatía, agradecimiento o reconocimiento, el ser humano es capaz de enseñar a aplaudir a las focas sin que éstas sepan lo que están haciendo.

miércoles, 15 de abril de 2020

PROTEGIDO






































El sistema está enfermo. 
El sistema es fumigado para resistir.
El sistema muta sin dejar de ser lo que es.
El sistema continúa.

El sistema dará nuevas instrucciones.
El sistema dictará la nueva realidad.

El sistema seguirá informando.
Permanezca a la espera.
Siga aplaudiendo.

martes, 7 de abril de 2020

PARÁLISIS IMPERTINENTE

¿Cuál es el aroma del perfume para no apestar? 
El rebaño de ovejas no piensa, solo permanece indefenso en el corral. 
Cada gallina aplaude en su jaula individual y pone un huevo a la misma hora cada día.
Hace tiempo que las ratas dejaron de dormir, no se lo pueden permitir. 
Los cerdos hablan con los loros, siempre dispuestos a aprender y repetir lo aprendido. 
Las hienas observan a la espera del geolocalizado cuerpo ya carroña.

El miedo impertinente te paraliza. 
Bienvenido a la nueva era “posvirus”.

miércoles, 1 de abril de 2020

GOBERNAR EL TIEMPO


Solidaridad. La cifra de infectados es menor que la de denuncias por incumplir el estado de alarma. Sabemos que ninguno de estos datos son reales. Lamentablemente el número de infecciones es mayor que los detectados. Tampoco las cifras de las denuncias son de fiar. Por la autenticidad de algunas de ellas, hemos visto algunos videos con excesos policiales, y porque sabemos que son muchos más los ciudadanos que se saltan el confinamiento de alguna manera.

Heroísmo. La idea del héroe salvador de víctimas indefensas mola en el cómic. En la vida real es una idea inmadura e irresponsable. Dejando al heroísmo como sustituto del Estado, el cual debe responder con soluciones. Los sanitarios no son héroes, son profesionales y así deberían de ser tratados. Esto significa que se les ha de dar las posibilidades y los instrumentos para desarrollar su profesión con plenas garantías. Ellos tienen dignidad, no súper poderes. Son profesionales que apuestan sus propias vidas para salvar otras. Son humanos que debemos cuidar más, no idolatrándolos sino apoyándolos ahora y sobre todo cuando esto acabe.

No podemos caer en este error, abandonarlos como héroes ante el peligro y esperar que nos salven. Tenemos que exigir al Estado que nos proteja con grandes y prioritarias inversiones en la Sanidad Pública y en la investigación, desarrollo e innovación.

Concentración. Es en los momentos más frágiles de un estado cuando se asoman las serpientes totalitarias seguidas de culebrillas populistas. Bajo el recorte de nuestras libertades crear un gobierno de concentración. No se han enterado que el gobierno se elige por el pueblo, el que ahora está confinado. Cambiarlo es cosa nuestra, de todos nosotros, y no ninguna selección de políticos incompetentes pertenecientes a partidos políticos corruptos o de dudosas ideologías. Una vez más es el fracaso mayúsculo de toda la clase política de este país.

Los verdaderos solidarios ya existían, los sanitarios ya luchaban sin medios y los políticos no han cambiado.