La histórica evidencia se reafirma por la obviedad de las imágenes, convirtiéndose en algo obsceno. El evidente genocidio es discutido, aunque lo obvio se muestre a través de millones de fotografías y vídeos.
También los sionistas evidencian su crimen con la obviedad de sus propios vídeos. Expresan alegría y burlas al ejecutar sus matanzas sobre personas que no consideran seres humanos. La ocupación, la persecución, la humillación, las torturas y los asesinatos son celebrados como victorias. Son sus propias imágenes las que nos demuestran todo lo obsceno que hay en sus actos. Sin ningún pudor o ética se presentan como los ejecutores del pueblo palestino. La línea que separa lo “ humano” de lo “ no humano”, es decidida por ellos.
Solo Sudáfrica, a la que se une abiertamente Brasil, se ha atrevido a denunciarlo ante el Tribunal de la Haya. El resto charlotea mientras les venden armas a Israel o vetan resoluciones en la ONU, como ha hecho siempre Estados Unidos y el Reino Unido.
Como cómplices todos nos situamos, inequívocamente, por debajo de cualquier “línea de humanidad”.