Pensaron que la “gallina negra” sería su propia ave Fénix. Unidas para renacer, las hermanas anunciaban el fuego propio de las derechas ganadoras y absolutas. Sin embargo, la imperfecta segmentación de su único óvulo solo fecundó una certeza. La inseparable unión de las siamesas. Aunque no se soporten nacieron unidas por el brazo derecho y por una cabeza gemela.
El ave Fénix arde, se quema por dentro, consumiéndose en antiguas e insuficientes cenizas para renacer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
SOLO COMENTARIOS RESPETUOSOS
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.