jueves, 5 de diciembre de 2019

VENDER LA MOTO


En cierta ocasión, un publicista español me contó una anécdota ocurrida en una reunión de trabajo en Londres. Al percatarse que le intentaban tomar el pelo, pensó que sus clientes querían “venderle la moto”. Sin dudarlo hizo una traducción literal de la española expresión: “… to sell me the motorcycle” –dijo– . Obviamente los británicos se quedaron perplejos sin comprender a qué venía lo de vender motos. Lost in translation.

Ahora en la Cumbre del Clima nos quieren “vender la moto eléctrica”. Antes, un poquito de Black friday. Consumo masivamente compulsivo. Sin ética se vende mejor. Luego, anuncios de compañías eléctricas de dudosa energía “verde” lavada por la publicidad. Business ecológico. Más madera a la máquina de carbón. ¡Más madera! ¡Más eléctricas! ¡Más bombillas! ¡Más Navidad lumínica!

La traducción se pierde entre los discursos. La falsa conversión genera más dinero mientras se sigue contaminado las mentes y el planeta.