La filosofía de la acupuntura entiende que las enfermedades son desequilibrios energéticos de los seres vivos. Así, a picotazos, se pretende aliviar dolores o enfermedades. Reordenar corrigiendo la energía.
Los acupuntores neoliberales del comercio global dictan la ubicación de los puntos en donde clavar las agujas, rediseñando el dibujo de la invisible energía “qí ” de todos nosotros.
La Big Pharma no es la única que clava agujas. Las farmacéuticas están por debajo de otras compañías financieras. En cifras aproximadas, actualmente Jonhson&Jonhson ocuparía el décimo quinto puesto de una lista basada en valores bursátiles con unos 417 mil millones de dólares. Fondos financieros como Berkshire Hath (467) están por arriba. El acceso global a cualquier producto, útil o no, se lo reparten Amazon (1.558) y Alibaba (644). Muy por encima, la petrolera Saudí Aramco (1.837) encabeza junto a Apple (2.035) la lista. Otras compañías tecnológicas como la china Tencent (820) y la norteamericana Alphatec (1.368) se disputan el Big data. Tecnología es control. Tesla (649 mil millones), Facebook (734), la coreana Samsung (439) o la taiwanesa TSMC ( 565) siguen esta línea ascendente en ganancias de miles de millones de dólares.
Mientras los fascistas neoliberales gritan: “ ¡ La venta global es libertad ! ”, los grandes grupos empresariales se recolocan en nuevos “puntos acupunturales” del mapa internacional.
El dolor es sordo. La sesión de acupuntura es consentida y dócilmente consumida.
El nuevo “equilibrio mundial ” ya está inoculado.
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