Domingo de Ramos. El virus entrará triunfal como Cristo en Jerusalén.
Lunes Santo, los mercaderes no son expulsados. Se cierran fronteras solo de un lado y se abren los bares.
El Martes Santo es para negar incompetencias.
El Miércoles Santo lo propio es conspirar por treinta monedas para hoy y morir mañana.
Este Jueves Santo mientras muchos celebrarán su última cena sin saberlo, otros responsables jamás serán ajusticiados.
Viernes Santo. Juicios y muertes diarias.
Sábado santo la soledad de los familiares de los muertos por el virus.
Domingo Santo resurrección continuada de la economía.
Cuarta estúpida ola.
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