viernes, 16 de octubre de 2020

BLUE VELVET


Lo imaginario sustituye a la realidad creando espacios para promover la violencia. La lejanía y la cercanía. Lo distinto y lo mismo.

Recordaba la escena de la oreja de la película Blue Velvet del director David Lynch. El plano empieza desde la hierba acercándose hasta la oreja cortada llena de hormigas y continua introduciéndose a través de su orificio terminando en un fundido en negro. Es la puerta de dos mundos, la prueba de sus existencias. 

El prado bien podría ser España. Un país donde su color es visible para unos, solo tras podar a los otros.  Las hormigas titubeantes en la putrefacción podríamos ser nosotros mismos. Transitando continuamente de un mundo a otro, negando los dos. Nuestro cortacésped sería la causa de la amputación, siempre de la oreja del otro. Sin pensar que aunque la hierba parece verde, en realidad es de terciopelo azul.

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