Las pesadillas ya no me atan a un sueño.
En las horas que bajan suenan canciones sobre puentes amarillos perdidos.
En las horas que bajan suenan canciones sobre puentes amarillos perdidos.
¡Ojo al ramo nena! las flores se caen y mi roca más negra está de cara al dulce viento.
La cereza tóxica del Zar abatido se extiende.
¿Acaso oíste a las hormigas hablar?
¿Acaso oíste a las hormigas hablar?
Lo incierto perdura en el estanque del jardín metálico.
Sigue el movimiento de los “pescaítos rabiosos” en el agua.
Sigue el movimiento de los “pescaítos rabiosos” en el agua.
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