Dinslaken es una pequeña ciudad situada
al noroeste de Alemania. Allí se celebra el
“Dinslaken KSL”, un festival de arte al que he sido invitado
varias veces. En mi primera visita, mientras paseaba en compañía de los
artistas locales Tim y Julian , me llamó la atención que dos
adoquines del empedrado de la calle habían sido sustituidos por otros de
bronce. En ellos había grabado nombres de personas y fechas. Mis amigos
alemanes me contaron que se trataba de nombres de víctimas del nazismo que
habían sido asesinadas en esa esquina de la calle y que de esta manera se les
rendía homenaje.
En Berlín, existe un monumento que
homenajea a las víctimas del Holocausto. El Monumento a los Judíos de Europa
Asesinados ocupa una superficie de 19.000 m2. ¿Se imaginan
una Alemania con un conjunto
arquitectónico como el del Valle de los Caídos , con 30.600 m2
(solo de escalinata y explanada y la cruz más grande del mundo), construido por
presos judíos en honor a Hitler y al
nazismo? Y… ¿judíos enterrados en las
cunetas de las autopistas alemanas? No, ¿verdad? Pues lo que no pudo Hitler y el nazismo, Franco y el nacionalcatolicismo sí pudieron.
Esto es posible por una sencilla razón, en Alemania la democracia no lo
permitió y en España sí.
Solo
en el Museo de la DDR hay un espacio para el nazismo en su contexto histórico y
lejos de cualquier tipo de homenaje. Por cierto, para los escépticos, en este
museo berlinés puede verse una caja de cartón de color rojo y amarillo. En
letra impresa y con claridad se puede
leer: “Hecho en España”. Su contenido fue veneno, el utilizado en las cámaras
de gas por los nazis (…)
Dinslaken
fue destruida en la Segunda Guerra Mundial y fue reconstruida en 1952. Seis
años después, los amigos de los nazis en España
inaugurarían el Valle de los Caídos.
Memoria
significa capacidad de recordar e histórica se refiere a un periodo o
acontecimiento, el cual está acreditado por testimonios por escrito de un hecho
que ocurrió realmente, que ha existido.
No
se puede olvidar a cientos de miles de españoles enterrados en fosas comunes y
cunetas.
Interpretar
de otra manera este hecho irrefutable sería alejarse de su verdadero significado,
que va más allá de las palabras o de la propia Ley de Memoria Histórica.
Algunos
jamás quisieran que saliera a la luz la verdad promoviendo a través del olvido
lo que podríamos llamar la “Amnesia
Histórica”. Sus simpatizantes, increíblemente perpetuos en los “Poderes”, aún viven bajo las sombras
heredadas del franquismo.
El
concepto de Memoria Histórica puede
ser discutido, pero no obviado. Secuestrar y ocultar documentos en ayuntamientos,
parroquias y palacios no es el camino que elegiría una verdadera democracia. No se
trata de olvidar, sino de superar y dejar de una vez de mear sobre la memoria de todos los
españoles.