Dice Karl Kraus, “Pintaba a los vivos como si llevaran dos
días muertos. Cuando en cierta ocasión quiso pintar a un muerto, ya habían
cerrado el ataúd.”
Sin plan europeo,
el paso se marca lento a la vez que torpe. El sufrimiento humano es administrado
por una inútil clase política aburguesada, incapaz de tener una visión de
futuro sobre una Europa diferente.
“El burgués no tolera nada que no se
entienda dentro de casa”, cito de nuevo a Karl Kraus.
Tras las murallas
de la “Fortaleza Europa”, como la
bautizó el magnífico Rogelio López Cuenca, se gestiona
con el miedo, el mayor generador de estupidez. Si lo único que se te ocurre es
poner un muro entre el problema y tú, es que no tienes ni idea de cómo
resolverlo. Política ética (¿…?), políticamente correcta, correctética. “Más ética – menos estética”, leo en una postal creada por el artista
Juan
Gopar. Política maquillada, coloretes que engañan ocultando las mejillas
de las verdaderas caras de las ineficacias de los Estados. Pintalabios capaces
de dar color a palabras grises para vender respuestas improvisadas. Sombras de
ojos para mantener en la penumbra la verdad oculta de los discursos correctéticos.
Hace casi un mes
decidí hacer un experimento con este dibujo. Al terminarlo pensé que si lo
publicaba pasado un tiempo podría comprobar si su mensaje era acertado. Si
transcurrido un tiempo, desde su distancia con el hecho que lo provocó, la
viñeta seguía vigente habría dado en la diana. Lamentablemente es así, correctéticamente se mantiene la misma lenta y caduca política europea.