lunes, 25 de abril de 2016

DOS CUCHARILLAS



La anécdota es un guiño melancólico al pasado. Una manera de manipular nuestra realidad pasada, siempre inventada. Un filtro cómodo para digerir lo ocurrido en clave amable. Un antiácido para la incómoda y repetida memoria. Ideada para tragar copiosas comidas rematadas por “el postre”. Inesperado desenlace de sobremesa. Dos cucharillas para el recuerdo, dos caricias en las manos. Una larga digestión inolvidable.

No es lo mismo abrirse de brazos que abrirse de piernas. Las responsabilidades generadas por la nueva realidad requieren actitudes diferentes, siempre lejos de ego-posturas soberbias o interesadas. Por fin, los resultados traducen la verdad de las encuestas manipuladas y de los repetidos discursos mentirosos de todos los candidatos. Es la hora. Esto es, esto ha sido tal fotografía.

Ya no existen dos cucharillas clavadas sobre la tarta, ahora son más. Aumenta el número de comensales para el mismo plato. Postre cremoso por arriba para que las finas cucharillas entren fácilmente hacia el sabor. Minimizando en lo posible la inesperada, pero indiscutible, dureza de su base.


¿Realmente es un adiós al bipartidismo? ¿O tan solo se trata de una simple sustitución de la cubertería?

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