Es mejor estar atento, estando
despierto y también dormido. Se sabe que cuando dormimos desconectamos ciertas
partes cerebrales que sólo nos son útiles despiertos. Así pues, parece ser que
nuestras imágenes son evocadas estocásticamente desde la memoria para fabricar
nuestros mundos oníricos, irreales. Los sueños son fruto de nuestras
preocupaciones, más bien pesadillas. Yo diría que de alguna manera es así, algo
poéticos y teatrales, siempre punzantes. Si es así, se podría decir que quién
dice no soñar jamás, vive de manera feliz sin tener que llevar sus angustias al
mundo de los sueños cada noche. Liberado de lo que llama Baudelaire “la aventura siniestra de todas las noches”.
Alerta, sé vigilante hasta en tu
mundo onírico. No te fíes. Llegan las elecciones, el surrealismo electoral. Evita
un “buñuelazo en el ojo”. Mirada
hacia atrás, es siempre conservadora. Ojeada al pasado, lo mismo. Mejor vista
al frente para verlos venir, a unos y a otros. Visionado de izquierda a
derecha, a las nuevas y a las viejas. Vistazo arriba y abajo, descendientes y ascendentes.
Miradas telescópicas para las mayorías y microscópicas para las minorías. Vista
panorámica de partidos y zoom de candidatos al detalle.
¡Atento! En ambos mundos todo
es posible, irrealmente factible. Abre el ojo, ten cuidado y desconfía de
navajas de barbero en manos de políticos.
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